viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz hipocresía.


Hay que ver dónde llega la hipocresía humana: ateos, agnósticos y satánicos de la mano con los cristianos para celebrar la Navidad.
Soy agnóstica, me encanta la Navidad, decoro mi casa, ceno como nunca en Noche Buena, si me pilla de paso veo la cabalgata el cinco de enero y me sigue ilusionando cuando mi rey favorito, Baltasar, me mira. Como roscón de reyes y, por supuesto, recibo regalos.
No creo en Dios ni en Jesucristo porque no hay pruebas certeras de su existencia... Pero acabo con algún kilo más y con más cosas de las que tenía CADA AÑO. Me llamo Aida, soy hipócritamente navideña y, joder, me encanta.

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