miércoles, 8 de septiembre de 2010


Sé que querer no siempre es poder, pero me voy a hacer budista por eso de la "reencarnación". Qué bonita ilusión... Igual que los unicornios, la magia, o la que ofrecen las setas alucinógenas.
Me he decidido a reencarnarme en relámpago porque amo su belleza, su electricidad, su fugacidad, su luz, por la sorpresa que generan, su sonido, el estremecimiento de los poros de piel al sentir la tensión de la atmósfera en la tormenta... Pero también porque los temo, porque me imponen.
Cuando sea relámpago viviré 0'x segundos en los cuales brillaré con luz propia, romperé mi actual límite (el cielo) y seré grandiosa de una manera efímera: todos me admirarán y temerán, pero ninguno me recordará. Es la perfecta segunda vida: fulminante.

PD: LOS UNICORNIOS EXISTEN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario